viernes, 14 de marzo de 2014

La obra provocadora (6): Olimpia de E. Manet.

En una clase de Arte impartida por el profesor Luis Gárate en la Universidad de Deusto surgió el tema de la "incompresibilidad" de buena parte del arte moderno. Incompresibilidad para el neófito, claro. Se aventuraron muchas tesis y Luis -excelente profesor que expone con vehemencia sus propuestas- intentó que todos los presentes pudiésemos acercarnos a cualquier obra de una manera más abierta pero necesariamente contextualizada a pesar de la resistencia de algunos  oyentes en realizar ese proceso en honor de una cierta "virginidad" intelectual.
 Desde mi punto de vista entender una obra fuera de su contexto es todavía más difícil que ubicándola en su tiempo y en los parámetros del artista que la creó. Especialmente en aquellas obras que se ven envueltas en la polémica por su significado o por su forma de expresión como es el caso de la que expongo hoy, cuyo valor y las circunstancias que la rodearon se sitúan claramente en determinado marco histórico
Si el jueves incluí en este apartado la obra de Manet "Almuerzo sobre la hierba" hoy repito con otra del mismo autor que, probablemente, ahora tenga muy poco de provocadora debido a que el desnudo -especialmente el femenino- ha sido perfectamente asumido por la mentalidad "media", pero que en su momento constituyó una sonoro escándalo, uno más de los propiciados por un pintor que gozaba provocando a la mentalidad pequeño-burguesa que predominaba en la Francia de mediados del siglo XIX (lástima -o suerte- que en su época no pudiesen "gozar" de "provocaciones" tipo "Gandía Shore" u otras "lindezas" semejantes en las que parece que se hace  un cierto proselitismo hacia la prostitución (o similar): ¡el estropicio hubiese superado en víctimas a la guerra franco-prusiana!.)
Al igual que en el "Almuerzo", Manet se inspiró en un cuadro clásico ("La venus de Urbino" ) pero su interpretación fue infinitamente más insolente. Si la Venus pintada por Ticiano resultaba más sensual y atractiva (como bien argumenta  Rafael Argullol, Ticiano pintaba dentro de un canon más cercano al goce de la belleza que al hecho de provocar),  en su Olimpia, Manet intenta en todo momento que el espectador sepa que lo que está viendo es la ostentación de una prostituta, de alguien que se ofrece a la venta con descaro desafiando todos los convencionalismos y valores predominantes. En su exhibición Olimpia otorga al que la mira la posibilidad de imaginar placeres que -seguramente- tendría vedados en su casa.  Manet refuerza el mensaje provocador resaltando la puesta en escena con un ofrecimiento de flores -que ella ni siquiera se digna  mirar- que indicarían el homenaje de algún cliente agradecido . La orquídea en el pelo, los zuecos dorados y otros pequeños detalles dotarían al conjunto de una cierta sensualidad vulgar pero atractiva.
La modelo que dio vida a Olimpia se llamaba Victorine Meurent y fue modelo de Manet desde 1862 a 1874. Curiosamente también fue pintora y llegó a exponer en el Salón de París de 1875, aunque en la actualidad solo se conoce una de sus obras..
Como en el caso del "Almuerzo" esta obra ha servido de icono a muchos creadores para manifestar en su réplica una protesta o una lectura renovadamente provocadora.































Todas las imágenes y/o vídeos que se muestran  corresponden al artista o artistas referenciados.
Su exposición en este blog pretende ser un homenaje y una contribución a la difusión de obras dignas de reconocimiento cultural, sin ninguna merma a los derechos que correspondan a sus legítimos propietarios.
En ningún caso hay en este blog interés económico directo ni indirecto.
El texto y la selección corresponden a Javier Nebot

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